El Banco Central Europeo (BCE)
mantendrá, previsiblemente, los tipos de interés en el 0,75 %
pese a que los efectos de la crisis de endeudamiento de la zona del euro
ya han alcanzado a la economía de Alemania.
El BCE está decidido a mantener sus medidas convencionales y no convencionales de política monetaria.
El presidente del BCE, Mario Draghi, confirmará la expectativa de un
crecimiento muy gradual a medio plazo con riesgos a la baja.
Draghi advirtió de que los efectos de la crisis de
endeudamiento de la zona del euro ya han llegado a la economía de
Alemania, el motor de la región.
Dijo que "hasta ahora Alemania pudo eludirse ampliamente de algunas
dificultades en otras regiones de la zona del euro", en un acto
organizado por los bancos populares y cooperativos alemanes en el que se
debatió el futuro del capitalismo.
Draghi añadió que "Alemania es una economía abierta e integrada, por
eso no es sorprendente que una ralentización en el resto de la zona del
euro tenga un impacto aquí".
El comercio dentro de la zona del euro representa el 40 % del
producto interior bruto (PIB), mientras el 65 % de la inversión directa
extranjera en Alemania proviene de otros países de la zona del euro.
"La debilidad de la economía de la zona del euro hace que los tipos
de interés se sitúen en niveles muy bajos. Y la crisis de confianza en
algunos de los países de la zona del euro genera flujos de dinero a
puertos seguros en Alemania lastrando los tipos de interés aún más",
recordó Draghi.
La producción industrial bajó en Alemania en septiembre un 1,8 %
frente a agosto por la caída de la producción automovilística debido a
la débil demanda en la zona del euro y dentro de Alemania ante la
incertidumbre sobre la crisis de endeudamiento soberano.
La economía de Alemania crecerá el 0,8 % este año y el próximo, según las previsiones de otoño de la Comisión Europea (CE).
La experta de Commerzbank Ulrike Rondorf prevé que la economía alemana se contraerá en el cuarto trimestre del año.
Draghi va a esperar a ver el efecto sobre la coyuntura y concesión de
crédito del anuncio del nuevo programa de compra ilimitada de deuda
soberana de países con dificultades de financiación, según la mayor
parte de los expertos.
Las empresas en España e Italia ya han podido apreciar los primeros efectos de distensión, como reflejan datos del BCE.
Los expertos descartan que una nueva reducción del precio del dinero
vaya a contribuir a impulsar la demanda de crédito ni la disponibilidad
de los bancos a prestar en las actuales circunstancias, por lo que no
tiene mucho sentido que el BCE acometa un nuevo recorte.
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